Genesis/Bereshit 18:1 al 22:24
Esta parashá se titula: “Vaierá” que quiere decir “Y se apareció” Esta expresión viene de una raíz que tiene una gran cantidad de aplicaciones, como es ver, observar, reconocer, presentar, visitar, informar, aparecer, íntimo, entre otros. Nos da idea de la relación que el Eterno está dispuesto a tener con el ser humano; una relación íntima, real y personal, además de ser una relación exclusiva. La idea de reconocimiento envuelta en esta expresión, nos habla que la aparición de Adonaí a nuestro Patriarca Abraham es como un reconocimiento del Eterno, por el estilo de vida de Abraham hacia Adonaí. La idea es que Adonaí no se le revela a cualquiera, sino a quien Él quiere y que tiene los sentidos ejercitados para entender su presencia y descifrar el mensaje que se le da; como también el nivel emocional maduro, que le evitará traumas o shocks al estar en presencia de seres celestiales. Esto es una clara demostración del estilo de vida de nuestro patriarca. El asunto no es que Adonaí se revele a los hombres, el asunto álgido es que el hombre esté en capacidad para recibir esa revelación. Eso no depende de Adonaí, depende del hombre. Adonaí hace todo lo necesario para mostrarse al ser humano; en este caso fue por medio de tres angeles, pero este necesita poner de su parte, ejercitando sus sentidos, afinando sus receptores para poder captar la presencia divina. Esto lo logró Abraham Avinu por medio de emuna (fe), una disposición interna determinante, lo que le llevó a desarrollar un carácter firme, con una agudeza espiritual extraordinaria.
Esto nos confirma lo que quiso decir el Rav Shaul (Pablo) al exhortar que haya en nosotros el mismo sentir que hubo en Yeshúa Ha Mashiaj; él es el modelo de relación que Adonaí quiere que tengamos, y el medio para obtener los recursos requeridos para lograr dicho nivel; lo cual requiere diligencia y disciplina. Estos tiempos cada día están requiriendo de tzadikim que anhelen de todo corazón llegar a esos niveles de revelación, para poder enfrentar victoriosamente la marejada de una sociedad convulsionada que amenaza con su propia destrucción. Adonaí nos está inquietando a una búsqueda mas profunda en nuestra relación con Él. Levántate que te esperan días desafiantes. Adonaí llama a Abraham para que se involucre en lo que él planea hacer; dentro de los planes de Adonaí está el juicio a Sodoma y Gomorra por el pecado. El plan es notificado a Abraham, salva a su sobrino Lot y le promete a Abraham un hijo aún siendo ya Viejo.
Capítulo 18:1 al 5: Esta parashá comienza con el encuentro de Abraham con tres extraños visitantes en forma de hombres. Estaríamos muchas horas discutiendo quienes realmente eran, por que tres, etc. “Los sabios de la Torah” no se han puesto de acuerdo, en el cristianismo enseñan que es la trinidad. Pero mirando el texto bíblico atentamente vemos que el mismo Adonai y otros dos seres sobrenaturales, posiblemente ángeles, los tres en forma humana.
En el versículo 3 Abraham se dirige a uno de ellos como Adonai, término con el que ya en aquel tiempo una persona se dirigía al Eterno. En los versos 10 al 15 Adonai habla en primera persona.
Capítulo 18:6 al 8: Abraham les hace preparar alimentos. Seguramente se habrá asegurado de que la leche no fuera de la mamá del ternero que les hizo cocinar. Recordemos que el mandamiento dice: No cocerás al cabrito en la leche de su madre (Shemot o Exodo 23:19 y 34:26).
Capítulo 18:9 al 15: Se le anuncia al patriarca que tendrá un hijo de Sarái, también encontramos la risa incrédula de ella, aunque después lo niegue. Esa actitud burlona y de falta de emunah o fe, quedo marcada para siempre en el nombre del hijo Ytzjac (Isaac). Al Eterno no se le escapa nada de lo que hacemos o decimos, y todo nos trae consecuencias.
Capítulo 18:16 al 21: Adonaí le informa a Abraham sobre la gran destrucción que habría en Sodoma y Gomorra a causa de la maldad tan grande y la falta de teshuvah o arrepentimiento.
Capítulo 18:22 al 33: Preocupado por Lot y su familia, comienza la negociación e Intercesión de Abraham para que Adonaí no destruya a las ciudades. Comienza con 50 Tzadik y termina con tan solo diez justos, que serían suficientes para no traer el juicio allí. Esta es una gran enseñanza del poder de la intercesión de un justo o santo delante de nuestro Señor, pero que la misericordia del Eterno tiene un límite (El clamor de diez justos salva ciudades y pueblos enteros).
Capítulo 19:1 al 11: Los ángeles van a Sodoma a rescatar a Lot y su familia. Los habitantes del lugar quieren violar a los ángeles. Aquí podemos ver la degeneración en esas ciudades. El homosexualismo y el lesbianismo eran tal que hasta querían tomar por la fuerza a los recién llegados, sin saber que eran shaliajim o ángeles en forma de hombres. Del nombre de una de estas ciudades viene la palabra “sodomía”, para referirse a quienes practican esto.
En Vaykra o Levítico 18; 19 AL 25 vemos como Adonaí prohíbe todas estas prácticas mencionadas. En aquel tiempo el castigo fue con la destrucción de esas ciudades, hoy en día es con virus y enfermedades como el sida, y otras que irán apareciendo, pero lo más grave esta escrito: no tienen entrada al Reino de los Cielos o Eterno, no tienen salvación ni vida eternal, su única salida es que hagan teshuvah, y arrepentidos reciban a Yeshúa en su corazón y cambien completamente, dejando esas prácticas por complete.
Capítulo 19:12 al 29: Lot, su esposa y sus hijas se escapan a la ciudad de Tzoar ayudados por los shaliajim (sus yernos no quisieron creer y se quedaron). Sodoma y Gomorra son destruidas por lluvia de fuego y azufre. Pero hubo una condición, no mirar hacia atrás. La mujer de Lot no obedeció y quedo convertida en estatua de sal, que aún existe a orillas del Mar Muerto, que no siempre fue muerto. El azufre, salitre y otros componentes químicos en el mismo, no existían antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, que estaban a sus orillas.
Investigaciones arqueológicas confirman que esa descomposición del Mar Muerto data de aquel tiempo.
Capítulo 19:30 al 38: Volvemos a ver la naturaleza humana caida, esta vez en la actitud pecaminosa de las hijas de Lot. Y otra vez, como consecuencia, la descendencia de esas relaciones en pecado, traen dos pueblos que fueron dolor de cabeza para Israel. Como reflexión podemos añadir aquí que en toda la Torah, la Biblia, hay innumerables pasajes que enseñan claramente acerca de los peligros del alcohol. Si bien se permite usar el vino en distintas festividades y bendiciones, siempre se enfatiza que sea con prudencia. El cuerpo es templo del Ruaj Ha Kodesh y no podemos contaminarlo. Por otro lado en el tiempo Bíblico no se conocían ni las drogas ni el tabaco, pero aplica tomando el mismo principio.
Capítulo 20:1 al 16: Otra “media mentira” de Abraham, quien sigue en el proceso de llegar a ser el amigo de Adonaí y padre de la Fe. Por supuesto vuelve a aprender una lección y tiene que afrontar las consecuencias.
Capítulo 21:1 al 21: Nacimiento de Itzjak el hijo de la promesa al tiempo prometido, banquete del destete de Itzjak. Hagar e Ishmael son echados de la casa a causa de la burla de Ishmael y la rivalidad que hasta el día de hoy perdura, el Eterno ordena a Abraham que escuche a su esposa. Bendición y profecía de Adonaí sobre Ishmael.
Capítulo 21:22 al 34: Abraham y Avimelej hacen pacto en Beer Sheva.
Capítulo 22:1 al 24: Adonaí pide a Abraham sacrificar a Itzjak, viendo aquí una sombra de lo que seria el sacrificio de Yeshua por parte de nuestro Padre Eterno. Betuel es el padre de Rivká.
Haftaráh
( Melajim Bet) 2 Reyes : 4:1-23). Eliseo bendice a la viuda y a la sunamita.
El Brith Ha Dashá
(Mateo 7: 1 – 9: 17.). Enseñanzas del Reino. Acciones del Reino.
(Lucas 17: 26 – 37.). La venida del Reino.
(Santiago 2: 14 – 24.). La fe sin obras es muerta.
(Romanos 1: 21 – 32.). La inmoralidad castigada por Yeshua.
(Efesios 5: 1 – 20.). La medida correcta de las cosas creadas para bendición.
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